Soft skills o competencias blandas se han convertido en un paradigma que desde las empresas estamos interesados en resolver no sólo para el aumento de productividad, también para el bienestar de nuestro colaborador y por ende de sus familias.
Hoy hablaremos de una competencia que a pesar de que en nuestros procesos de entrevista la intentamos evidenciar, en muchas ocasiones se nos escapa por la subjetividad de las pruebas psicotécnicas o por entrevistas que en algunos casos se orientan más en hacer énfasis de las competencias técnicas requeridas por los perfiles laborales de las unidades al interior de nuestras compañías.
Hoy hablaré de una competencia que puede aportar o destruir nuestro clima laboral, la “Actitud positiva”; tu que eres mi lector te pregunto, ¿la tienes? Y de esta pregunta nos surgen como jefes y líderes muchas inquietudes, la primera es ¿cómo se evidencia?, si se evidencia, ¿será constante?, ¿cómo la mido?, estas y más preguntas pueden invadir a nuestros reclutadores en el proceso de entrevista, a los cuales encomendamos la misión de conformar el mejor equipo.
Normalmente tratamos de encontrar esta competencia, cuando nuestro entrevistador indaga los aspectos humanos, resultados de desempeño o las habilidades del entrevistado, inclusive cuando medimos la fuerza del componente afectivo por medio de una escala, sin embargo, no debemos desconocer que todo parte de una “actitud” que puede traer una persona desde sus roles anteriores en los que se ha desempeñado y que de carecer de ella, pueden traer grandes conflictos a nivel laboral y terminar en situaciones no deseables para las dos partes.
Pero debemos tener en cuenta que este comportamiento ante la vida puede ser maleable por situaciones previas que no permiten descubrir la verdadera actitud del entrevistado, nadie descarta una situación anómala en cualquier momento que puede desestabilizar cualquier carácter o personalidad, y es en este momento de la charla con el reclutador que se pueden encontrar esos hallazgos que no necesariamente marcan la personalidad de un aspirante.
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Ahora bien, si nuestra competencia deseada no se detectado a tiempo al ingreso o ¿ha cambiado durante el desarrollo laboral de nuestros equipos de trabajo?(imagen 1), ¿qué hacer?
Aquí es donde se vuelven relevantes las evaluaciones continuas de nuestro personal, sólo que caemos en el fatal error de aplicar formularios que luego tabularlos y creemos tener una matriz o radiografía de nuestros equipos de trabajo, y la pregunta es, dónde quedó esa evaluación de aspectos humanos que desde el ingreso aplicamos? esto nos ahorraría muchos problemas y estaríamos hablando de un “bienestar al colaborador preventivo” y no incurrir en acciones correctivas. El gráfico nos presenta algunas de los síntomas de cambio de actitud que puede hacer que nuestro empleado cambie en un tiempo indeterminado y que un seguimiento frecuente podría detectar para reorientar a tiempo.
Para recapitular, nuestro ideal es poder contar con personal proactivo, propositivo, y constructivo, que se identifique con los ideales de nuestra compañía y que permita hacer crecer a nuestra empresa y a nuestros empleados a lados de ella, pero no debemos desconocer que esa actitud puede cambiar en el desarrollo laboral en cualquier momento y que nuestro deber antes de entrar en conflicto, es unir fuerzas al interior para ayudar a nuestro funcionario a superar estas crisis. Recordemos que la actitud puede afectar no solo la salud mental, también afecta en un grado alto la salud emocional y por ende el entorno de quienes compartimos con esa persona que ha cambiado de actitud.
Promovamos buenas prácticas en nuestros equipos de trabajo y generemos disciplina que permitan su buena actitud hacia la empresa.
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Tengamos presente que la salud económica de nuestras empresas está estrechamente relacionada con la salud mental y emocional de nuestros empleados, es una relación indisoluble y de mucha importancia.
William Fernando Penagos N.
Director General
PoliContinental
«Una actitud positiva causa una reacción en cadena de pensamientos positivos, eventos y resultados. Es un catalizador, y provoca resultados extraordinarios».
Wade Boggs
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