Hoy quiero compartir con ustedes algo que, como padre y guía, me ha preocupado enormemente en los últimos tiempos. Hace poco, uno de los hijos de un amigo, llegó a casa emocionado por un “reto” que había visto en redes sociales. Al principio, parecía una actividad inofensiva, algo que todos sus amigos estaban haciendo y que, según él, no tenía ningún riesgo. Pero, junto con mi amigo indagamos un poco más, y nos dimos cuenta de que ese desafío, que para los jóvenes parecía solo un juego, en realidad escondía peligros serios.
Este tipo de situaciones me ha hecho reflexionar profundamente sobre el poder y la influencia que tienen hoy las redes sociales en la vida de nuestros hijos. Los llamados "retos virales", que se difunden rápidamente entre los jóvenes, pueden ser desde bromas inofensivas hasta actividades que, si no se manejan con cuidado, pueden tener consecuencias muy negativas.
Luego de profundizar sobre el tema, te comparto la siguiente información sobre cinco retos virales peligrosos que han sido detectados y han tenido un fuerte impacto a nivel global, junto con sus ubicaciones geográficas:
1. Momo Challenge
Descripción: Este reto involucraba a una figura aterradora llamada "Momo" que contactaba a jóvenes a través de WhatsApp y les enviaba imágenes violentas y perturbadoras. Les daba instrucciones para realizar acciones peligrosas, como autolesiones o incluso suicidio, amenazándolos si no cumplían. Aunque se descubrió que en muchos casos era un engaño, generó gran alarma.
Ubicación Geográfica: Global, pero especialmente en América Latina, India y Estados Unidos.
2. Blue Whale Challenge
Descripción: Este reto consistía en una serie de 50 desafíos que llevaban progresivamente a actos peligrosos, autolesiones, y finalmente, al suicidio. Los participantes recibían mensajes de un "curador" que les daba las instrucciones a seguir.
Ubicación Geográfica: Este reto empezó en Rusia y se extendió por Europa del Este, Latinoamérica y Asia.
3. Tide Pod Challenge
Descripción: Este reto consistía en que los adolescentes mordían o comían cápsulas de detergente líquido, lo cual es extremadamente tóxico. Aunque empezó como una broma en redes sociales, terminó afectando gravemente la salud de muchos participantes.
Ubicación Geográfica: Principalmente en Estados Unidos y Reino Unido.
4. Cinnamon Challenge
Descripción: Este reto implicaba intentar tragar una cucharada de canela en polvo sin tomar agua. La canela, al ser altamente irritante, causaba tos severa, vómitos, problemas respiratorios y riesgo de asfixia.
Ubicación Geográfica: Se viralizó en Estados Unidos y se extendió por América del Norte y Europa.
5. Skullbreaker Challenge
Descripción: Este reto consistía en que tres personas se alineaban, y dos de ellas pateaban las piernas de la tercera persona cuando saltaba, haciendo que cayera al suelo de manera brusca, provocando lesiones graves en la cabeza, cuello o espalda.
Ubicación Geográfica: Originado en Venezuela, pero se expandió rápidamente por América Latina, Estados Unidos y Europa.
Si crees que tus hijos pueden estar inmersos en un reto viral peligroso, hay ciertos signos y síntomas que podrías observar. Aquí te detallo algunos de los más comunes:
1. Cambios bruscos en el comportamiento:
Se muestran más retraídos o introvertidos, evitando conversaciones o interacciones con la familia.
Se vuelven secretivos con sus actividades en línea, apagando pantallas o cambiando ventanas cuando te acercas.
Aumento en la irritabilidad, ansiedad o estrés sin una razón aparente.
2. Aislamiento social:
Pasan mucho más tiempo del habitual en sus dispositivos, especialmente en redes sociales o aplicaciones de mensajería.
Prefieren estar solos en lugar de participar en actividades familiares o con amigos.
Disminución del interés en actividades que antes disfrutaban.
3. Lesiones físicas inexplicables:
Rasguños, moretones o quemaduras sin explicación clara.
Intentos de ocultar lesiones usando ropa de manga larga en momentos inusuales (por ejemplo, en clima caluroso).
Pérdida de peso o cambios en el apetito, a veces inducidos por desafíos que involucran restricciones alimenticias.
4. Patrones de sueño alterados:
Se quedan despiertos hasta altas horas de la noche para participar en los retos o cumplir con las tareas que se les asignan.
Dificultad para dormir, pesadillas o un notable cansancio durante el día.
5. Cambios en el uso de redes sociales:
Notas que están siguiendo o interactuando con cuentas sospechosas o desconocidas.
Incremento en publicaciones relacionadas con tendencias, hashtags o temas que parecen inusuales o peligrosos.
Reciben mensajes de números desconocidos o utilizan aplicaciones de mensajería con nuevos contactos.
6. Aumento de conductas riesgosas:
Empiezan a tomar decisiones imprudentes o a involucrarse en actividades peligrosas que antes no habrían considerado.
Participan en desafíos físicos o conductas extremas que ponen en riesgo su seguridad o la de otros.
7. Retiro de la familia o la escuela:
Evitan hablar sobre su día o lo que hacen en línea.
Bajo rendimiento académico o una disminución del interés en las tareas escolares y actividades extracurriculares.
Se muestran nerviosos o inquietos cuando les preguntas sobre lo que están haciendo en internet.
8. Temor o ansiedad excesiva:
Muestran miedo a perder el acceso a sus dispositivos o a no poder cumplir con un reto.
Tienen una preocupación desmedida por lo que dirán sus amigos o por no participar en lo que todos están haciendo en redes sociales.
9. Exposición a mensajes manipuladores:
Mencionan recibir amenazas o mensajes que les exigen completar retos bajo la promesa de sufrir consecuencias graves si no lo hacen.
Hablan de figuras o grupos en línea que intentan influir en su comportamiento de manera negativa o peligrosa.
10. Cambios emocionales extremos:
Pasan de la euforia o la emoción extrema al abatimiento o la tristeza sin motivo aparente.
Parecen desconectados emocionalmente o muestran signos de depresión, como sentirse sin valor o sin esperanza.
Al descubrir todo esto, me di cuenta de que, como padres, no podemos ignorar la realidad que enfrentan nuestros hijos en el mundo digital. Estos son algunos aprendizajes y pasos que me ayudaron a enfrentar este desafío, y que creo que pueden ser útiles para ustedes también:
1. Conversa siempre, escucha más: Aprendí que lo más importante es abrir un canal de comunicación constante y sin juicios con nuestros hijos. Preguntarles cómo se sienten, qué retos han visto o escuchado, y qué opinan sobre ellos es fundamental. Muchas veces, ellos solo necesitan que los escuchemos para expresar sus inquietudes.
2. Conozcamos su mundo digital: A menudo, la tecnología parece abrumarnos, pero sumergirnos en las plataformas que usan nuestros hijos es clave. Explorar juntos aplicaciones como TikTok, Instagram o YouTube me ha permitido entender mejor de qué se trataban estos retos y qué contenido consumen a diario.
3. No subestimemos su influencia social: Los retos virales se propagan rápidamente porque los adolescentes buscan aceptación y pertenencia. Explicarles que no tienen que seguir la corriente para ser valorados por sus amigos fue algo que también es necesario recalcarles. En este sentido, enseñarles a decir "no" cuando algo no les parece seguro o adecuado puede ser una herramienta poderosa.
4. Hablemos de los riesgos reales: No es fácil, pero se tiene que ser muy claro sobre los riesgos que ciertos retos pueden implicar, no solo a nivel físico (como los que involucran peligro o daño) sino también a nivel emocional y social. Desafíos que parecen inofensivos pueden exponerlos a situaciones humillantes o poner en peligro su privacidad en línea.
5. Fomentar la autoconfianza y el pensamiento crítico: Un aspecto esencial es que nuestros hijos se sientan seguros de tomar sus propias decisiones, sin dejarse arrastrar por las tendencias de internet. Ayudarles a cuestionar qué ven, por qué lo ven, y qué impacto puede tener en sus vidas les dará herramientas para tomar mejores decisiones en el futuro.
Una Reflexión...
A lo largo de este proceso, he comprendido que no basta con preocuparnos, tenemos que estar presentes, preguntar, entender, y, sobre todo, guiar. Mi mayor recomendación es no dejar que el miedo nos separe de nuestros hijos en estos temas. Al contrario, el internet puede ser una oportunidad para fortalecer la relación, compartiendo sus experiencias digitales y ayudándolos a navegar por ellas de manera segura.
Si has pasado por una situación similar o simplemente tienes inquietudes sobre estos temas, no estás solo. Desde Ciberguardian y Ciberpadres estamos aquí para acompañarte, escucharte y ofrecerte las herramientas necesarias para proteger a tus hijos en este mundo digital en constante cambio. No dudes en contactarnos si necesitas más información o recursos para ayudarte a gestionar estos retos en casa.
Gracias por ser parte de esta comunidad y por dar el paso hacia una mayor protección y conciencia en el uso de la tecnología.
Un abrazo,
William Fernando Penagos N.
Mentor
Equipo de Ciberguardia y Ciberpadres
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